jueves, 3 de noviembre de 2011

Santander-Sevilla

Esta mañana, he salido al patio para ver cómo estaba el día. Inspiré una bocanada de aire, esperando que contribuyera a despertarme y…entonces sucedió… Aire frío, húmedo, con aroma costero, con sabor a mar, pero duro, fuerte… Creí retroceder, 3 meses atrás…
Salí de casa pensando en no haber despertado a Oché y Bea… Buscando qué música poner en el iPod… da igual, pondré Maldita Nerea, para el concierto, con suerte, María se habrá despertado hoy temprano y me dará unos sonrientes ‘buenos días rubita’. El iPod comienza a sonar, ‘Y necesitas decir que no a los miedos, puedo enseñartelo que yo prefiero: unas gotitas ahí de amor del bueno;No te preocupes besaré primero’
María hoy tampoco aparece, seguramente ayer se quedó hasta tarde con Alejandro y Tizziano…parece que va a llover, aun no puedo creer que sea julio… este tiempo no lo hace ni en Noviembre en Sevilla…
Llego a la estación, cambio tren por bus, ahora ya no hay cuestas gigantes al lado del lupa que subir… ¿Qué haremos esta tarde? Creo que hoy llegaba Vicente. Intentaré no dormir siesta…lo mismo estudio, pero es que, tengo que aprovechar… acaba de llegar el tren, me subo al bus, parece mentira que ya vaya conociendo a la gente…las mismas caras, las mismas historias…huele ya a rutina.
Pulso el botón para abrir las puertas… empieza a llover, pero parece que por la tarde hará bueno…o eso espero, tengo ganas de playa o de río. Abro mi ‘paragüeh’ aunque de poco sirve ante esta lluvia en spray.
Uf...vaya cuesta… esta también se puede bajar como pokemon bola. Qué raro que Oché no me lo haya dicho nunca… Entro en el despacho, cuánta seriedad, menos mal que Esther me da los buenos días y sonríe, se nota mi media horita más de sueño…
Después de una mañana entre clases y prácticas, dando batazos por la octava, voy al comedor. Allí ya están casi todos, falta Mona que llegará en breve. Nos conocen todos seguro, no dejamos de hacernos notar, nuestras risas, nuestras bromas, nuestros juegos… Somos casi lo único que se oye en el comedor, los guiris y los niños de sur…
¿Qué hacemos esta tarde? ¿Intentamos ir a la playa? ¿Vamos al río? ¿Nos vamos de guiris por el centro? ¿Jardines de Pereda o Parque de María Luisa? ¿Damos una vuelta por el faro o vamos a los Alcázares?
En el piso, mientras paso por chapa y pintura, Oché se plancha el pelo detrás de mí en mi espejo, es el único sitio donde nos podemos ver de cuerpo entero. Bea piensa lo que se va a poner…qué digo, se pone la primera percha que coge. Cenaremos filetes con tomate y pan bimbo…me encanta la dieta equilibrada. Si no, una de Pecaditos, que nos encanta a todos…que pena que no cojamos cerca el McDonalds, a Antonio le encantaría.
Río de la Pila, el pub ese de la lengua, Zanzibar, Plaza Cañadio, Kudeta (o no), Zen, Divino, Malaespina, Santa fe, plaza Porticada…
María y su Danzakuduro (lo tengo duro/ me gusta duro) junto con su aleteo de nariz y las persecuciones a Vicente; Antonio con su acento y sus meningitis; Oché con su pavo y sus caras raras; Esther su humor y su afición por los concursos varios; Bea con sus pilas recargadas a partir de las 5am y su sentido de la responsabilidad; Petra con sus fotos, su acento checo-andaluz y su ‘new ways’ de conocer Santander; Alejandro con sus costumbres y su tiempo para limpiar; Tizziano…tan…italiano e hiperactivo…Nikkos and…what?; Salle y su despelote final; Mona con su independencia, su dulzura y sus pelos; María Vasileva con…¡su novio!.
Da igual si paseo por la Magdalena o por el Alamillo, da igual si veo la playa del Sardinero o la orilla trianera del Guadalquivir, da igual si la catedral es de la Asunción o de Santa María, da igual si paseo por Pereda o por Avda de la Constitución, da igual si estoy en Reina Mercedes o en Los Castros… ¿Qué más da? ¿Qué importa que no viva en Santander? ¿Qué importa que no nos veamos todos los días?
Sevilla puede ser Santander y Santander Sevilla en cualquier momento, sólo necesito recordarla…sólo necesito recordaros y para eso hace falta muy poco. Al fin y al cabo, las dos empiezan por S…

1 comentario:

  1. Oh Asumpta, me has echo emocionar.

    ¡Cuánto amor por mi ciudad! Santander, la más fina de las capitales, la más elegante, la más sutil. Santander, la más bella mujer, como dice la canción. Y Sevilla, la pasión encarnada, el arte hasta en las aceras, la cara amable, la sonrisa eterna de la flor que despierta.

    Sevilla fue Santander cuando mis paisanos bajaron a romper las cadenas de la torre del Oro para liberarla de los musulmanes, cosa muchos sevillanos desconocen, pero que los cántabros lo llevamos a gala. Por eso, en nuestra bandera, en la de Santander o en la de Laredo sale la Torre del Oro.

    Santander es Sevilla ahora, cuando una chica escribe verdaderas maravillas y guarda bellos recuerdos. Cuando otra la echa de menos diariamente.

    Y mira que somos distintos, lo comprueblo diariamente.

    Te felicito amiga, plas plas plas.

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