martes, 18 de diciembre de 2012

Y si...?


Y si...toda la historia esta de los mayas...¿fuese verdad?? Me explico, porque algunos dirán que ya se demostró que había un error de cálculo; otros que no es algo 'apocalíptico', que es algún tipo de cambio y; otros, que se trata de un cambio en la superficie solar... Vale, pero ninguno tiene realmente idea de qué puede pasar. ¿No se parece a la sensación esa de intranquilidad que tuvimos todos ante 'el efecto 2000'? Yo tenía 10 años, no sabía bien de qué iba toda la película pero después de las uvas, lo primero que hice fue mirar a mis padres y pensar: sí, todavía siguen ahí.

Pero, me estoy yendo por las ramas. Imagina un momento, ¿qué pasaría si llegara verdaderamente el fin del mundo? 
Muchos pensaréis 'vaya, se acaba el mundo y yo aún...', 'si ni siquiera he...', 'imposible, tengo que...' Entonces llegará el momento, imaginemos que se escucha un ruido, no muy fuerte, un ruido diferente, como el de un motor que lleva mucho tiempo apagado. Luego, una sensación de temblor en el suelo, no como un terremoto, más bien como una vibración. Después, un cambio de luz, la noche será....menos azul, pero el cambio será tan gradual que apenas nos daremos cuenta... 
Bien, creo que ya nos vamos poniento en situación, está permitido añadir todos los ingredientes 'pre-apocalípticos' que se ocurran. ¿Qué pasaría entonces? ¿Qué pensamientos nos rondarían la cabeza?
En ese momento, las bandejas de entradas de los correos, whatsapp, line, incluso...SMS, se colapsarían. Se llenarían de mensajes del tipo: 'perdona, en el fondo, ya ni me acuerdo por qué nos enfadamos', 'te quiero', 'no sabes cómo me hubiera gustado....', 'gracias', 'ojalá hubiéramos...'.
¿Por qué? Porque aplazamos aquello que nos cuesta, porque no nos gusta dar nuestro brazo a torcer. Porque si la última vez le hablé yo, ahora no me toca a mi'. Porque es mi amigo/a, padre/madre...sabe que lo quiero... Porque cómo voy a decirle lo que lo echo de menos, cómo voy a decirle que me encantaría saber más sobre su vida... Ya lo haré...
En ese momento, cuando no hay nada que perder, o cuando mejor dicho, todo está perdido. El orgullo se irá y nos dejaremos invadir por la melancolía, la sensibilidad, el cariño y... por qué no, la valentía y abriremos nuestro corazón a todos a quiénes nunca se lo abrimos del todo o bien, algún día se lo cerramos, aunque fuera un poco. Así, en esa situación, con los ruidos, las luces, las explosiones, nuestros corazones abiertos, justo cuando el último corazón termine de soltar todo lo que guardaba...todo se detendrá... se parará en un segundo, mucho más brusco como empezó y todo volverá a la normalidad. 
Pero nada volverá a ser igual, porque los amigos olvidados se recordarán, los que siempre están estarán más cerca y, algún otro, aparecerá derepente. Porque ya no tendremos cuentas pendientes, porque seremos libres de decir lo que sintamos a cada momento, de hacer 'lo que nos pida el cuerpo'. 
Si eso pasara, realmente los mayas habrían cambiado el mundo. 
Vive cada día como si fuera el último, aprovecha cada instante procurando, siempre que te dejen, no dejar cosas en el cajón del 'ya lo haré' y si la pelota está en tu tejado, no la devuelvas sin más, párate a mirarla y preguntate qué puedes hacer por mejorar

miércoles, 1 de agosto de 2012

cuánto tiempo...


-          - ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
-          Hombre…Hola… Bien, bien, ¿y tú?
-          Pues yo bien, sin mucha novedad. Hace mucho que no te veía por aquí. Resulta algo extraño.
-          Sí, tienes razón… mucho lío, tú sabes…
-          Claro, es normal, la rutina que muchas veces nos atrapa sin darnos cuenta.
-          Y termina ahogándonos…
-          Te noto…diferente…más mayor… no ha pasado tanto tiempo, ¿verdad?
-          No, ya a estas alturas no pega mucho eso de crecer. Ni tampoco ha sido mucho tiempo.
-          Ya, pero tú sabes hay cosas que nunca supe medir bien, yo y mis despistes.
-          Sí, como siempre, tú entre la luna y Saturno cuando hay luna nueva.
-          Es que sin  luna, es difícil pasear por el campo, ya lo sabes.
-          Sí claro, hay cosas que nunca se olvidan…
-          Sin embargo…tu sonrisa…ha cambiado… ¿fruto del olvido?
-          No lo sé… no me había dado cuenta…
-          Quizás sea la falta de entrenamiento. ¿Puede ser?
-          Tal vez…no me he dado cuenta hasta ahora de todo lo que me te eché de menos
-          Vaya, no me esperaba que fueras a decirlo tan claro.
-          ¿Por qué no?
-          Porque nunca antes lo habías hecho, yo soy más así, tú eres más caparazón.
-          Ya…y tú la tortuga de dentro, ¿no?
-          Tal vez… últimamente has crecido mucho y yo creo que me he ahogado…
-          No pretendía…es que…yo…no…no me di cuenta.
-          Oye oye, para para… sin agobios, que no pretendía culparte de nada.
-          Lo sé, nunca lo haces, pero me arrepiento un poco de no haber pasado por aquí antes.
-          No tienes de qué preocuparte, sabes que siempre podrás volver aquí, el tiempo que pase entre visita no importa demasiado.
-          Gracias por recordarlo. Hay veces que se me olvidó un poco el camino.
-          Las prisas…
-          Sí y el descuido
-          De vez en cuando
-          Hay que respirar/ - Hay que respirar
-          Vaya, parece que no estamos tan lejos como pensamos.
-          Me ha costado volver, pero creo que también me costará irme.
-          No sabes cuánto me alegra oír eso. Entonces, ¿ahora qué? ¿Hacia dónde vas? ¿Qué buscas?
-          No tengo la más mínima idea…
-          ¿Te preocupa?
-          Para nada, me encanta.
-          Eres feliz
-         
-          ¿Por qué?
-          Sólo por haber vuelto.
En ese momento cogió aire fuerte, pero aire del de verdad, el que llena los pulmones. Lo espiró y en su cara se dibujó una sonrisa. Esa sonrisa que ya ni recordaba echar de menos. Ahora sí, había vuelto

miércoles, 30 de mayo de 2012

Porque sí


No sé qué me pasa hoy, si la indignación que me llena es culpa de “Martes locos” en mal estado o a lo poco productivo del día… Pero no entiendo nada.
No entiendo por qué ante una actitud clara, sincera, amigable, lo que viene siendo un ‘de buen rollo’... La respuesta siempre son verdades a medias, cambios de actitud, insinuaciones, dobles sentidos y buscar culpables donde no los hay…
La clave es: una de cal, una de arena, hoy sí, mañana no… La verdad, nunca entendí esos juegos y cada vez los entiendo menos, ¿por qué los que más nos quejamos de ellos somos los que más jugamos?
No entiendo esta manía nuestra de complicarnos tanto la vida (yo la primera), con todo y con todos. ¿Por qué no permitirnos el lujo de hacer lo que se nos apetezca y cuándo se nos apetezca? Pues no, eso no vale, porque cuanto más fácil tienes algo más problemas le ves en medio y eso es así (y las papas son asás…asín asán…)
No me gustan los problemas, los enrreos, las verdades a medias, las insinuaciones. Soy más de lo que viene siendo ‘las cosas claras y el chocolate espeso’. Pero bueno, si todo el mundo se empeña en seguir así, qué queréis que os diga: yo no pienso cambiar, aunque vaya al contrario de todos, ya nos cruzaremos en el camino.
Estoy enfadada, con el mundo en general y con nadie en particular y tenía la necesidad de chillar o de escribir, he pensado en mis vecinos y ha salido esto sin mucho sentido ni orden ni significado (dejad de leer entre líneas, lo que hay es lo que hay, simpleza 100%)
Bueno, ahí lo dejo! Hasta el próximo cabreo!  

jueves, 17 de mayo de 2012

Felicidades

Hay veces que el tiempo pasa volando...cómo un suspiro, cómo un aliento. Miras el calendario y caes en la cuenta: ya ha pasado un año...¿ya? En este caso no ha sido un año,¡¡ han sido ya 6!! Seis cumpleaños juntas, seis veces esperando tus nervios cada 17 de mayo para sumar una primavera más.
Seis años, seis veces. Sería una falacia decir que desde el principio fuimos amigas, que congeniamos al instante.    ¿O quizás no tanto? Dos niñas, bastante desconfiadas y reservadas para sus cosas (todo hay que decirlo) que, de repente, comienzan a compartir inquietudes, agobios. El siguiente paso quizás fuera el descubrimiento de las llamadas a tres, el paseito después de confirmación o esa manía nuestra de reirnos de todo, incluso de nosotras mismas.
Fuera como fuere, la verdad es que poco a poco nos vimos ayudadas, apoyadas por la otra. Aprendimos a conocernos, con defectos y virtudes, a hablarnos y a discutir, en definitiva, aprendimos a ser amigas.
Pasaron los días, el tiempo como suspiro, el verano y el curso. Segundo de bachillerato donde nos apoderamos del córner y del reto de terminar lo mejor posible, disfrutando lo más posible. Creo que estamos de acuerdo en que reto superado y con creces! Pii fue un paseo para todos, una fiesta más aunque un poco agridulce, éramos conscientes que, de alguna manera, una etapa se acababa.
Yo a Medicina....tú a IDI y con este cambio llegaron nuevas aventuras, nuevas posibilidades de pasarlo bien... Nuevos amigos hasta el punto de hacerme sentir 'una más del módulo'. Nos dimos cuenta casi al instante que Sevilla es la ciudad más bonita del mundo y que nos había robado una parte de nosotras. Otra cosa que aprendimos es a mantenernos alejadas de los locos y locas de la vida que andan sueltos. Ah! y turismo hospitalario! que siempre acompañada es más fácil
Nunca estuviste muy convencida de aquello de la Podología. Peeero ganaste mucho en experiencia, madurez y cómo siempre, lo mejor la gente, esa sugu pandi que sabes que siempre estará ahí.
Este año, por fin has encontrado tu sitio, hablar de tu carrera con ilusión, con ganas, la estás difrutando. Podría decirse que..vaya dos frikazas que se han juntao! Cada una en lo suyo! ;)
Sería imposible terminar este paso del tiempo sin olvidarnos de 'esos locos bajitos'. De Paloma y sus ocurrencias, de Concha y sus cursilerias, de las sonrisas de Javier y el pavo de Ivana, Cristóbal y Mariana. Hay que reconocer que nos hemos usurpado un poco los hermanos, pero mientras que no te alies con Rafa para reiros de mi...vamos bien!
Gracias, gracias por estar ahi, por ser así...por ser la pata de la silla, por enseñarme a ver la realidad a veces... Por esos cambios de opiniones de: 'quiero profiteroles...¿tú quieres? Aunque desesperemos a las demás a veces XD
Gracias por convertir los suspiros del paso del tiempo del tiempo en momento sin alientos de risas, confidencias, ayuda....de AMISTAD y por los muchos que vendrán

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!


lunes, 13 de febrero de 2012

Políticamente correcto


Una persona promedio dice 4 mentiras al día (88.000 a la edad de 60). La mentira más común es ‘estoy bien’.  Qué curioso… y yo que me consideraba una persona sincera, fiel a mis  principios y a mis convicciones. Dispuesta a ponerlas en duda siempre y cuando el argumento contrario lo mereciera y resulta… que soy una mentirosa en potencia… Tiene que venir Pepito Grillo en forma de tweet para decirme ‘parece que la madera no da más de sí, aprendiz de Pinocho’.
Es que…queda tan bien…es casi irresistible responder otra cosa. ‘¿Qué tal?’ ‘¿Cómo estás?’… ¿Yo? (vaya pregunta,  pienso) ¿Cómo voy a estar? Pues bien…  Es como cuando alguien estornuda…qué difícil es frenar las ganas de decirle: ¡Jesús!  Es que, queda tan bien…es todo tan políticamente correcto…
Preguntan y no solo respondes lo que se espera que haga, sino que sonríes para agradecer la preocupación que parece que  muestran por ti. Cuántas connotaciones diferentes pueden tener sólo dos palabras, pues hay quién busca la manera, a través de ella, de ahondar en lo más profundo de tus secretos, haciéndote sentir en un momento igual que un personaje del corazón. Pues no creía yo que la frase qué personaje eres significaba otra cosa… Que honor, que privilegio, pues por un momento no soy una estudiante cualquiera y me coloco en el punto de mira de quienes tienen como afición el mundo del corazón,  convirtiéndome en famosa por unos instantes, sólo se echa de menos las cámaras y el plató.  
Cuántas connotaciones en dos palabras, pues es fórmula magistral para todos aquellos que, de repente, ven en ti el camino para llegar a conseguir su objetivo, que puede venir en forma de información o de algún que otro favorcillo. Claro está, es políticamente correcto contestarles educadamente, con una sonrisa, que tú estás bien y si no te cuesta mucho, le ayudas a lo que necesitan.
Quizás aquellos que buscan saber realmente cómo están busquen otras palabras diferentes; quizás tengan otras tácticas más raras, innovadoras, complejas o eficaces; quizás y esto es lo más insólito, algunos no necesitan más que 5 minutos a tu lado, sólo un par de miradas para saber realmente cómo estás y qué te puede preocupar.
Lo más importante en todo esto es no olvidar siempre ser políticamente correcto. ¿Por qué es tan importante? Porque al ser políticamente correcto, eres buena persona, eres simpático, serás popular, todos querrán hablar contigo. Si además de todo, sonríes… ¡serás el rey de la fiesta! Bien recibido en cualquier parte, pues es un gustazo poder hablar contigo de cualquier cosa, de compartir bromas, de comentar las últimas noticias, los últimos hastag, TT, o videos de youtube... Todos querrán hacer botellonas contigo y te llamarán para cientos de planes todas las semanas…
Lo siento, pero cada día que pasa odio más todo lo políticamente correcto. Que nadie se equivoque, no pienso perderme nada. Pues hablaré con todo aquel que se ofrezca a tener una buena conversación. Discutiré y argumentaré a quién quiera mi opinión y por favor, que sean diferentes y variadas, siempre hay que dudar de todo. Sonreiré y lloraré de risa con cualquiera que sea capaz de contarme un buen chiste, tener un buen golpe o un día inspirado. Hablaré con quien quiera sin pelos en la lengua, sin prejuicios ni fórmulas establecidas, siguiendo solo el camino que la propia conversación marque. Saldré y me divertiré cómo me apetezca en cada momento, a veces un café, un paseo con o sin chuches puede aportarnos mucho más que un botellón.
No, no tendré cientos de planes, es más, con una mano me bastará como mucho para contarlos. Pero aquellos con quienes elija compartir mi tiempo sabrán qué se esconde detrás de un bien. Lo mismo sí, sigo mintiendo de vez en cuando, es más fácil para mí y… para ellos.

domingo, 29 de enero de 2012

Y por qué no, me acuerdo de Pilar


Hoy me he acordado de Pilar. Pilar es una abuelita que me encontré hace dos meses en Santander, en ‘la cantábrica’ como decía ella, la parte norte del Hospital Marqués de Valdecillas. Pilar tiene sus setentaitantos largos, el pelo blanco plateado, con suerte roza el metro y medio de altura y un genio inversamente proporcional a su tamaño.
El día de su ingreso, el Médico adjunto no estaba, así que nos tocó a la Residente y a mi hablar con ella la primera vez. Esto no sería digno de mencionar si no fuera porque las enfermeras ya nos habían advertido de su carácter, de la noche que había dado… Nosotras, jóvenes e inexpertas, intentábamos disimular el nerviosismo intentando adivinar qué nos íbamos a encontrar.
Entramos en la habitación y lo que allí nos encontramos distaba mucho de lo que familiares y enfermeros nos habían contado. Pilar era una señora amable, alegre y cariñosa. Llevábamos dos minutos con ella y le pregunté:
-       Pilar, ¿cómo ha pasado usted la noche?
-       Bien hija, pero cómo me han subido aquí hoy, me desperté de madrugada, no veía nada conocido y me asusté mucho. Ahora le tengo que pedir perdón a la enfermera, la pobre, le di un susto… (cómo cambia la historia sólo preguntando un ¿cómo estás?, aún sigo buscando en qué apuntes viene esa pregunta)
Pilar tenía un dolor en la barriga muy fuerte, el cual localizaba y describía con total precisión. Con la misma precisión de la que hablaba de su hermano que era médico en Suances, que era conocido por todo el mundo, que todos lo querían. Idéntica exactitud para hablar de su padre, al parecer, también era médico y ella lo ayudaba porque, según nos contó, ‘mi padre siempre me decía que tenía muy buen ojo de ese de médico’ ‘¿Se refiere al ojo clínico, Pilar?’ ‘Sí, sí, ese, ese, el ojo de los médicos’. También contó que tenía dos hijos, su hija mayor se llamaba Pilar como ella. Casualmente, cuando hablábamos con su hijo nos dijo que su hermana mayor, Isabel había fallecido, no había hija Pilar, sino una nieta.
Al día siguiente, volvimos, esta vez acompañadas del médico adjunto a ver a pilar, al parecer ya estaba mejor. Volvía de nuevo a localizar el dolor y explicaba perfectamente todos sus síntomas, no era necesario ni preguntarle nada, ella nos decía por su propia cuenta todo lo que teníamos que saber. De repente, nos dijo: ‘yo sé perfectamente dónde me duele, cómo me duele, sé quiénes sois vosotros, quién soy yo…pero de lo que no sé nada…es de la memoria’.
Tampoco se encuentra en los libros el alivio de Pilar, no se describen dosis ni posologías ni técnicas para aliviar el dolor de alguien que es consciente de cómo va perdiendo su consciencia… Medicina humana, a los pies del enfermo, pues un rato de conversación alivia mucho más el dolor del alma de lo que cualquier innovador tratamiento pudiera hacer con el dolor del cuerpo.

martes, 24 de enero de 2012

¿Cuánto vale un beso?


Entre las sombras de horas que solo frecuenta Morfeo, buscaba entre sus bolsillos unas cuantas monedas. Todas de color cobrizo, no sumaban ni un euro… ¿Cuánto vale un beso? La pregunta le golpeaba en la cabeza una y otra vez, como el sonido de las agujas de ese reloj de pared que parece siempre estar adelantado, como el chasquido de las hojas al caer de un calendario que no para de correr… Que paren el mundo, que él se baja… Quizás por eso mismo está así, por haberse bajado de aquel tren de lujo que era su vida, por inconformista, por no saber ver todo lo que tenía…
¿Qué tenía? ¿Era feliz? ¿Cuánto vale un beso?
Intenta olvidar, bebe, la última botella que aun tiene algo de líquido dentro, ¿olvida? Parece que aún lo siente, un olor, una caricia, un abrazo... bebe…y la pregunta regresa aun con más fuerza… ¿Cuánto vale un beso?
Cuando por fin lo vence el sueño… sonríe… cree verlo todo claro, un beso vale lo que vale una sonrisa, lo que vale un sueño, lo que vale su ilusión, lo que vale su felicidad más allá de su jaula de cristal.