Una persona promedio dice 4
mentiras al día (88.000 a la edad de 60). La mentira más común es ‘estoy bien’. Qué curioso… y yo que me consideraba una
persona sincera, fiel a mis principios y
a mis convicciones. Dispuesta a ponerlas en duda siempre y cuando el argumento
contrario lo mereciera y resulta… que soy una mentirosa en potencia… Tiene que
venir Pepito Grillo en forma de tweet para decirme ‘parece que la madera no da
más de sí, aprendiz de Pinocho’.
Es que…queda tan bien…es casi
irresistible responder otra cosa. ‘¿Qué
tal?’ ‘¿Cómo estás?’… ¿Yo? (vaya pregunta,
pienso) ¿Cómo voy a estar? Pues
bien… Es como cuando alguien
estornuda…qué difícil es frenar las ganas de decirle: ¡Jesús! Es que, queda tan
bien…es todo tan políticamente correcto…
Preguntan y no solo respondes lo
que se espera que haga, sino que sonríes para agradecer la preocupación que
parece que muestran por ti. Cuántas
connotaciones diferentes pueden tener sólo dos palabras, pues hay quién busca
la manera, a través de ella, de ahondar en lo más profundo de tus secretos, haciéndote
sentir en un momento igual que un personaje del corazón. Pues no creía yo que
la frase qué personaje eres
significaba otra cosa… Que honor, que privilegio, pues por un momento no soy
una estudiante cualquiera y me coloco en el punto de mira de quienes tienen
como afición el mundo del corazón, convirtiéndome en famosa por unos instantes,
sólo se echa de menos las cámaras y el plató.
Cuántas connotaciones en dos
palabras, pues es fórmula magistral para todos aquellos que, de repente, ven en
ti el camino para llegar a conseguir su objetivo, que puede venir en forma de
información o de algún que otro favorcillo. Claro está, es políticamente
correcto contestarles educadamente, con una sonrisa, que tú estás bien y si no
te cuesta mucho, le ayudas a lo que necesitan.
Quizás aquellos que buscan saber
realmente cómo están busquen otras palabras diferentes; quizás tengan otras
tácticas más raras, innovadoras, complejas o eficaces; quizás y esto es lo más
insólito, algunos no necesitan más que 5 minutos a tu lado, sólo un par de
miradas para saber realmente cómo estás y qué te puede preocupar.
Lo más importante en todo esto
es no olvidar siempre ser políticamente correcto. ¿Por qué es tan importante?
Porque al ser políticamente correcto, eres buena persona, eres simpático, serás
popular, todos querrán hablar contigo. Si además de todo, sonríes… ¡serás el
rey de la fiesta! Bien recibido en cualquier parte, pues es un gustazo poder
hablar contigo de cualquier cosa, de compartir bromas, de comentar las últimas
noticias, los últimos hastag, TT, o videos de youtube... Todos querrán hacer
botellonas contigo y te llamarán para cientos de planes todas las semanas…
Lo siento, pero cada día que
pasa odio más todo lo políticamente correcto. Que nadie se equivoque, no
pienso perderme nada. Pues hablaré con todo aquel que se ofrezca a tener una
buena conversación. Discutiré y argumentaré a quién quiera mi opinión y por
favor, que sean diferentes y variadas, siempre hay que dudar de todo. Sonreiré
y lloraré de risa con cualquiera que sea capaz de contarme un buen chiste,
tener un buen golpe o un día inspirado. Hablaré con quien quiera sin pelos en
la lengua, sin prejuicios ni fórmulas establecidas, siguiendo solo el camino que
la propia conversación marque. Saldré y me divertiré cómo me apetezca en cada
momento, a veces un café, un paseo con o sin chuches puede aportarnos mucho más
que un botellón.
No, no tendré cientos de planes,
es más, con una mano me bastará como mucho para contarlos. Pero aquellos con
quienes elija compartir mi tiempo sabrán qué se esconde detrás de un bien. Lo mismo sí, sigo mintiendo de vez
en cuando, es más fácil para mí y… para ellos.