jueves, 2 de junio de 2016

Cascarón


Vivimos, crecemos rodeados de cosas maravillosas que no somos capaces de apreciar, hasta que vemos que no todo el mundo las tiene... Ni aún así, muchas veces somos incapaces de sentirnos afortunados. Viviendo en esa extraña obsesión de ver lo que tiene el otro y no yo (un poco paradójico, pues el otro debería sentirse afortunado...). No soy amiga del egocentrismo, pero no está mal, de vez en cuando, mirar a tu alrededor pero hacia dentro. Intentando disfrutar de los pequeños regalos, de los pequeños placeres que nos da la vida.
Mi padre me ha prometido que, si logran nacer, me mandará foto de los pollitos... Ojalá todos tengamos la fuerza y el coraje para romper el cascarón. Para salir de la zona de confort y ver, con menor aumento nuestra vida. Con la suficiente perspectiva como para sentirnos afortunados por las maravillosas cosas que rodeaban y rodean nuestro nido.